Y para rematar esta racha de guisos y platos de cuchara uno de mis favoritos, el caldo gallego, lo he descubierto hace poquísimo, concretamente el verano pasado durante el camino de Santiago. Siempre recordaré la primera vez que lo probamos, fue en una casa rural y me pusieron una sopera para mí sola, tomé cuatro platos, ¡qué rico! ¡qué sensación de confort, de consuelo, de remedio para el cansancio!
Me encanta y claro, me traje la receta en la maleta y un trozo de unto para pasar el invierno.
Porque el caldo gallego tiene un ingrediente imprescindible, el unto, es un tocino de cerdo enrollado y salado, ahumado en la cocina junto a la chimenea durante meses. El unto aporta un sabor único, yo lo conservo como un tesoro porque además en Madrid no he conseguido encontrarlo, ni tampoco en tiendas online.
Aparte del unto el otro ingrediente estrella es la verdura, puede ser grelos, nabizas, berza o incluso repollo, todas ellas son fuentes muy importantes de calcio y dan un sabor espectacular a mi sopa favorita.
Nunca apreciaremos lo suficiente la riqueza de la cocina española, tantos matices y tanta delicia con ingredientes sencillos y humildes, ojalá nunca se pierda.
Ora ventaja del caldo gallego es que dura bastantes días en la nevera (si dura) y cada día está mejor, yo preparo una olla grande el fin de semana, quien viene a comer se lleva un frasco y repetimos un par de veces por lo menos durante la semana. Digestivo, remineralizante, sabroso, reconstituyente, un puntazo vaya.
Ingredientes 10 personas:
150 gr de alubias blancas
4 patatas kennebec
2 huesos de jamón
1 hueso de espinazo de cerdo salado
1 manojo de grelos o nabizas o una berza gallega o una col rizada
4 litros de agua
50 gr de unto
Sal
Preparación:
La noche anterior se remojan las alubias en agua fría y se dejan entre 8 y 12 horas.
A la mañana siguiente en una cazuela grande se ponen las judías con 4 litros de agua fría, cuando el agua empieza a hervir se añaden los huesos de jamón, el espinazo y el unto, se baja el fuego y se deja cocer tapado durante 1 hora.
Mientras tanto se lava la verdura elegida y se trocea.
Se lavan, pelan y trocean las patatas. Transcurrida la primera hora de cocción de las judías con los huesos y el unto se añaden las patatas y la verdura a la olla, se tapa y se deja 2 o 3 horas más a fuego lento hasta que el conjunto está listo, las alubias estarán tiernas, las patatas casi deshechas y la verdura suave. Probamos de sal y corregimos.
Y listo, está mejor reposado, aguanta hasta una semana en la nevera y cada día está más rico la verdad. Es mi sopa favorita, cuando hace frío es ideal pero yo la descubrí en el maravilloso verano gallego y me enamoré, así que es para todo tiempo.