Comfort food porque sólo con oler esta maravilla se curan las penas y nos invade una sensación de consuelo la mar de dulce. Comfort food porque cuando la saboreas sientes el cariño con el que está hecha. Comfort food porque es digestiva y remineralizante. Comfort food porque está al alcance de cualquiera, por dificultad y por precio y porque se me ha ocurrido.
Esta receta está entre sopa y guiso así que me he decidido por llamarlo ‘cazuela’. Realmente lo que caracteriza a este plato es que está hecho durante hooooooooras y horas, ocho para ser concreta. ¿Y por qué? dirá alguien, y yo contestaré: ¿y por qué no?
En Estados Unidos es muy popular un electrodoméstico llamado Crockpot o Slow-Cooker que es una olla de barro o cerámica en una carcasa metálica con un termostato y un temporizador cuya característica es cocer a baja temperatura durante horas. Así se consiguen unos sabores inigualables para los platos de cuchara, el chup chup de toda la vida pero en tiempos larguísimos.
En España y que yo sepa se comercializan dos, la Slow-cooker de Kenwood y otra de Cuisinart. Las dos monísimas.
¡Uy! Acabo de ver que Amazon.es tiene una Crokpot también.
En realidad es lo mismo que poner una olla al fuego al mínimo requetemínimo, o arrimarla a la lumbre de la chimenea, pero claro, estas opciones requieren de chimenea o de estar presente y un mínimo de atención por seguridad.
El caso es que a finales de los 80 recién emancipada yo, compré mi primer electrodoméstico extraño, ¡la fabulosa Ollamatic! una olla de barro metida en una carcasa metálica. Yo no lo sabía y resulta que era una Crockpot pero mediterránea y sin temporizador. Yo creo que no tuvo mucho éxito porque no he oido nunca hablar de ella ni conozco a nadie que la tenga pero me ha acompañado durante ventitantos años y seis mudanzas y lleva preparando legumbres, arroz con leche y guisos variados desde entonces. La carcasa está un poco cochambrosilla ella pero la olla está perfecta y espero que siga otros tantos años sin fallar.
Ingredientes 6-8 personas: (cc=cucharada de café, grs=gramos)
2 calabacines medianos
3 patatas medianas
1 puerro gordito
1 lata de 800 grs de tomate al natural pelado
1 cc de albahaca seca
1 cc de orégano
1 chorro de aceite de oliva virgen extra
1 guindilla
120 grs de caracolas de colores u otra pasta corta
1 hueso de jamón ibérico (opcional)
Preparación:
Lavamos, pelamos, volvemos a lavar y cortamos en cubos las patatas. Lavamos y cortamos en cubos los calabacines, pelamos el puerro y lo picamos. Abrimos la lata de tomate y partimos en cuatro cada tomate.
Añadimos las verduras a la olla junto al líquido de la lata de tomate, el hueso, las hierbas y la guindilla. Completamos con agua hasta que cubra 2 cms por encima de las verduras.
Conectamos la olla en posición ‘media’ y dejamos 7 horas, añadimos la pasta, removemos, corregimos de sal y dejamos 1 hora más.
Las verduras quedan perfectas, mantienen su forma y su sabor, el caldo queda con un gusto indescriptible, es una maravilla de verdad.
Sin olla eléctrica simplemente aprovechamos un día que estemos en casa y lo ponemos al fuego más lento posible, o un poco más rápido, estará también de escándalo.
¿Y qué me dicen del color? Ay ay ay