Estas coronas de chocolate tienen cacao puro, mantequilla y aroma a vainilla. Generan veneración.
Los bizcochos de chocolate son la perdición de cualquier goloso que se precie, y bizcochos de chocolate ha habido desde siempre y en versiones variadas, húmedos y densos o ligeros y esponjosos, altos, bajos, redondos, cuadrados, rellenos o recubiertos.
Peeeeeeero, hace apenas tres años las despistadas como yo descubrimos la existencia del «bundt cake». Esas coronas con relieves espectaculares y diseños imposibles que hicieron correr ríos de tinta virtual y revolucionaron los blogs de cocina y las tiendas de menaje de cocina en España porque… el bundt cake debe su nombre al molde en el que se hace.
Yo, ilusa de mí, pensé en aquellos tiempos que un molde de silicona podía pasar, e incluso hice una entrada titulada ‘Mi primer bundt cake’ (¿se puede ser más ridícula?). Menos mal que el tiempo no pasa en balde y la madurez lleva consigo la sabiduría.
Porque el auténtico bundt cake se prepara con unos moldes especiales de aluminio, carísimos (y monísimos) que parecen garantizar el paraíso repostero, hay todo un catálogo de modelos y entiendo que para caprichosos son irresistibles.
Como no se ha dado el caso de que nadie haya considerado (hasta ahora) regalarme tan exclusivo artilugio aproveché hace un par de meses unas ofertas de LIDL de moldes de repostería y me hice con dos coronas (no osaría llamarlos bundt) que son una monada, discretas, humildes, modestas y resultonas.
Con la receta de cualquier bundt cake estándar salen dos coronas perfectas que se hornean simultáneamente, normalmente en casita aprovechamos para regalar una y comernos la otra, así la felicidad se expande que falta nos hace.
Vaya parrafada, ¡a ver con qué música arreglas esto peque!
Pues con lo de los relieves espectaculares, diseños imposibles y tinta virtual 😉
Pues con lo de los relieves espectaculares, diseños imposibles y tinta virtual 😉
Ingredientes para dos coronas:
300 gr de harina de repostería con levadura (tipo Bizcochona)
100 gr de Maizena
40 gr de cacao puro Valor sin azúcar
250 gr de azúcar
250 gr de mantequilla a temperatura ambiente
1 cc de vainilla líquida
4 huevos
125 ml de leche
1 pizca de sal
Aceite para untar los moldes
Preparación:
Se trata de batir la mantequilla con el azúcar 5 minutos hasta que la mezcla esté espumosa, añadir los huevos y seguir batiendo, luego la leche y una vez conseguida una emulsión preciosa incorporar las harinas tamizadas junto a la sal y el cacao. Mezclar con delicadeza y lista la masa.
Lo podemos hacer a mano, con varillas eléctricas o en Thermomix claro que sí.
En TMX batimos en Vel3 durante 5 minutos la mantequilla con el azúcar, añadimos los huevos, batimos 3 minutos más, la leche 1 minuto y luego las harinas con el cacao y la sal y mezclamos 15 sg a Vel 6.
Los moldes se pintan bien con aceite con una brocha de silicona. Repartimos la masa entre los dos, damos unos golpecitos para que no queden huecos y listos para el horno.
El horno se calienta a 180ºC sin aire, se cuecen primero durante 30 minutos, se baja la temperatura a 160ºC y se dejan 20 minutos más.
Una vez transcurrido el tiempo se dejan enfriar durante 15 minutos, yo las saco a la ventana si no llueve.
Damos la vuelta para desmoldar, salen solas, y dejamos que se acaben de enfriar sobre una rejilla para que no se humedezcan.
Podemos espolvorear azúcar glas, quedan muy bonitas aunque la foto no hace justicia.
Y ya está, facilísimo y muy rico. Besos.
Fuente: Webos Fritos , ¿qué se puede decir de ellos? son un referente y una apuesta segura