Esta ensalada de otoño es una delicia, fresca y provocativa gracias a la vinagreta de miel. Se hace en un momento y se disfruta en tiempo de granadas. ¡O sea ahora!
La receta típica incluye nueces pero no teníamos y puedo decir que me quedo con el toque de las avellanas.
Además tiene un punto festivo que la hace apta para vuestras mesas de fiesta y fin de semana en compañía. ¡Ale vagos, que se hace casi sola!
Me han obligado. Que conste.
Ingredientes 4 – 6 personas:
- 1 escarola mediana
- 1 granada grande
- 1 puñado de avellanas tostadas sin sal
- 1 diente de ajo
- 1 cs de miel
- 1 cs de vinagre de Módena
- 4 cs de aceite de oliva suave
cs=cucharada sopera
Preparación:
Lavar, cortar y escurrir la escarola, idealmente centrifugar.
Partir la granada por la mitad y sacar los granos. Hay dos trucos, golpear cada mitad boca abajo enérgicamente con una cuchara o vaciar el contenido en un cuenco con agua fría y desmenuzar con la mano pieles de granos. Las pieles flotarán y los granos se hunden. Yo he usado éste último.
En un mortero golpear las avellanas para trocearlas de forma irregular.
Aparte en un bote pequeño con tapa poner la miel, el vinagre y el aceite, cerrar la tapa y sacudir alegremente. ¡Lista la vinagreta!
Y a montar la ensalada, frotamos una ensaladera con el diente de ajo partido por la mitad, ponemos la escarola en el fondo, añadimos sal y mezclamos, por encima la granada y finalmente las avellanas.
En el momento de servir regamos con unas cucharadas de vinagreta, dejemos parte de salsa sin servir que llevaremos a la mesa en un cuenco. Removemos y servimos.