En cada restaurante gallego al que íbamos … F siempre pedía garbanzos con callos, en cada lista de la compra… F siempre añadía garbanzos con callos en lata… el pobre F ha tenido que esperar años y años hasta que por fin… me he decidido a preparar… ¡¡¡¡Garbanzos con callos!!!!
Y ahora F es un poco más feliz… la la la…
En serio ahora, merece la pena, con el asco que me han dado siempre y al hacerlos en casa no daba crédito de lo rico que está este plato, es un verdadero festival de sabores, se hace lento lentísimo, en cazuela de hierro, toooooda una mañana oliendo maravillosamente… y tras un reposo de otras tantas horas …. una maravilla… y la salsa para mojar pan… un escándalo
Además al consultar sus propiedades nutricionales resulta que los callos son muy interesantes, alto contenido en proteínas y fuente importante de hierro y vitamina B5, son recomendables para deportistas, para combatir el estrés, la anemia y las migrañas. Estas últimas son mi pesadilla personal
En fin, que tenemos nuevo clásico en casita para los aperitivos de invierno…
Ingredientes 8 personas:
500 grs de callos de ternera
300 grs de pata y morro de ternera troceados
2 chorizos gallegos (1 de ellos picante)
150 grs de panceta fresca en dados
1 hueso de jamón serrano
1 cebolla entera
1 diente de ajo
1 guindilla
1 cucharadita de pimentón dulce
1/2 cucharadita de pimentón picante
1/2 cucharadita de cominos
500 grs de garbanzos
Preparación:
La noche anterior se ponen los garbanzos a remojar con agua caliente del grifo, por la mañana en una cazuela de hierro se ponen los trozos de estómago, de pata y de morro cubiertos de agua y se cuecen por espacio de 40 minutos.
Estos tres ingredientes los encontré en el corte inglés ya cortaditos y limpios en unas bandejas los tres juntos en la proporción ideal, realmente cómodo.
Pasado ese tiempo añadimos el resto de los ingredientes exceptuando los garbanzos, cuando vuelve a hervir añadimos los garbanzos, todo junto tapado se cuece a fuego lento durante 2 horas y media aproximadamente, tiene que hervir de forma continua pero despacio, siempre los garbanzos cubiertos de líquido pero sin nadar. Pasado el tiempo comprobamos el punto del garbanzo y corregimos de sal. Si hace falta se cuece un rato más.
Una vez terminado troceamos los chorizos, retiramos el hueso de jamón y la cebolla y lo dejamos reposar, el ideal es hasta el día siguiente.
Es importante el reposo ya que la salsa se espesa debido a la gelatina de la pata.
Se puede tomar de aperitivo, de entrante o de plato único, es sólo cuestión de cantidad
Bueníiiiiiiiisimos…..