Estos gofres son excepcionalmente tiernos y delicados, mismos ingredientes que los de Bruselas en distinta proporción y la sensación es completamente diferente. Tienen casi la mitad de harina que otras recetas y la experiencia resulta más suave, más ligera, más de postre. Hemos añadido ralladura de limón y hemos repetido varias veces, el único límite es tu fuerza de voluntad.
No nos cansamos de hacer gofres, no nos cansamos de probar nuevas versiones y este otoño vamos a demostrar que aún queda mucho recorrido con nuevas ideas de gofres salados.
Están tan buenos que dejarás de sentir la cara de tanto placer 🙂
Ingredientes para 10 gofres:
- 125 de harina
- 250 ml de leche entera
- 100 g de mantequilla derretida
- 4 huevos
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharada de azúcar
- Ralladura de 1 limón de cultivo ecológico
- Azúcar glas para servir
- Canela (opcional)
Preparación:
Cascamos los huevos y separamos las claras de las yemas. Batimos las yemas con el azúcar, añadimos la ralladura del limón, la mantequilla y la leche batiendo bien tras incorporar cada ingrediente hasta obtener una mezcla lisa.
Añadimos la harina tamizada, seguimos batiendo y reservamos.
Montamos las claras a punto de nieve con la sal. Una vez bien firmes las añadimos en tres veces a la mezcla anterior, las incorporamos con movimientos suaves de arriba a abajo para que no se desmonten.
Una vez hecho esto calentamos la gofrera al máximo, engrasamos las placas con mentequilla o aceite de girasol (no da sabor) antes de añadir la masa, ponemos un cucharón de masa en cada hueco, cerramos la gofrera, giramos a los 10 segundos si tenemos esa opción y volvemos a la posición inicial transcurrido 1 minuto. En 3 minutos chequeamos el punto de cocción, si están dorados los sacamos, si no esperamos 1 minuto más.
Los dejamos sobre una rejilla para que no se reblandezcan mientras cocemos el resto.
Para servir cubrimos de azúcar glas y si queremos con un toque de canela, son deliciosamente suaves y adictivos, el gofre más elegante de la colección… hasta ahora…
Es maravilloso con helado, el sabor del de leche está hecho a medida. Y naturalmente las clásicas combinaciones con fruta, nata montada, mermelada etc