Se acaba ya la temporada de habas, esa legumbre maravillosa pendiente de descubrir para la mayoría de las familias. A mi me gustan en especial cuando están tiernas, son más pequeñas pero tan ricas que incluso mientras las desgranas se pueden comer crudas. Una merienda original que nos devuelve a tiempos anteriores.
Son muy ricas en proteínas y muy potentes combatiendo el colesterol, pero sobre todo, tienen un sabor único y lleno de matices y forman parte de nuestra cultura gastronómica.
En mi familia siempre ha sido un plato de fiesta, a mis tías y a mi madre les encantan y no hay celebración que se precie sin una ‘tortillita de habas’. Cuando era pequeña pensaba que era una costumbre universal y mi sorpresa fue real cuando me fui dando cuenta que no es plato habitual en todas las casas.
Hoy publico la receta de las habitas fritas, se pueden tomar con un huevo frito… ¡ayayayay qué rico!, o en tortilla, ¡otra delicia! o de guarnición con chipirones a la plancha… o con cualquier carne a la plancha… de cualquier forma se me hace la boca agua. Las habitas con jamón se consiguen añadiendo unos taquitos de jamón serrano… simple…
Es una receta muy sencilla pero me ha costado años conseguir un resultado aceptable, uno de los secretos es hacerlo en una cazuela de barro y otro es no pasarse de tiempo ya que se ponen oscuras y rígidas, con una corteza desagradable. El resultado correcto se consigue cuando las habitas están hechas pero suaves, se deshacen en la boca…
Yo las preparo en cazuela de hierro, el resultado es lo más parecido al barro. Cuando reforme mi cocina quiero volver a poner algún quemador de gas, la vitrocerámica y la inducción son fantásticas y limpias pero no superan el gas.
Ingredientes:
1,5 kg de habas frescas
300 grs de cebolletas
Aceite de oliva
Sal
Preparación:
Pelar las habas desechando las vainas, pelar las cebolletas y partir en aritos. Previamente habremos puesto el aceite a calentar en una sartén hasta que echa humo, en ese momento se apaga y se deja enfriar, este paso es clave para el sabor final.
En una cazuela de hierro o barro se ponen las habas, la cebolleta y la sal, se cubre generosamente con el aceite anterior (ya frío) y se remueve. Las habas tienen que estar brillantes y en el fondo una capita de unos 3 mm de aceite. Se tapa la cazuela y mantiene a fuego medio durante aproximadamente 15 minutos. La cebolleta suelta jugo y las habas se cocinan en la mezcla de aceite y agua, cuando apagamos el fuego ese jugo no se ha consumido totalmente y el color de las habas es verde precioso, de hecho parece que no están listas pero sí lo están.
Se conservan hasta una semana en el frigorífica bien cubiertas y se congelan bastante bien. La temporada de habas es corta y hay que aprovechar. Para mi gusto las que venden congeladas son demasiado gordas…
… mmm…
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