No me canso de estos guisos al horno en cocotte, una cazuela, muy poco esfuerzo y un resultado glorioso.
Hoy una pieza especial muuuuuy gelatinosa, el jarrete o morcillo de ternera, en una comparación rápida equivale a la pantorrilla del animal y bien cocinado resulta en platos exquisitos y con una consistencia maravillosa.
Otro punto fuerte, ingredientes habituales en cualquier despensa, cebolla, ajo, aceite y coñac. Incontestable.
Ingredientes 4 personas: (kg=kilogramo, g=gramos, cs=cucharada sopera, ml=mililitros)
1 kg de jarrete de ternera gallega troceado
400 g de cebollas
1 cabeza de ajos
1 guindilla (opcional)
1 cs de Bovril (opcional)
150 ml de coñac
50 ml de aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta
Preparación:
La noche antes machacamos 4 dientes de ajo con sal y pimienta en un mortero y adobamos la carne con este majado. Añadimos un par de cucharadas de aceite y dejamos reposar en la nevera tapado hasta el día siguiente.
Elegimos una cocotte (cazuela) de hierro o barro apta para horno. Con el fondo cubierto de aceite de oliva rehogamos los trozos de carne hasta que están dorados por todas partes. Mejor hacerlo en varias tandas.
Pelamos y picamos la cebolla, pelamos los ajos y les damos un golpe. Cuando toda la carne está dorada la incorporamos a la cazuela y añadimos la cebolla, la guindilla y el ajo, mezclamos, tapamos y a fuego medio dejamos sudar durante 5 o 10 minutos. Pasado el tiempo añadimos el coñac, removemos, subimos el fuego y a los 5 minutos añadimos un vaso de agua y la cucharada de Bovril.
Mezclamos y lo llevamos al horno precalentado a 150ºC, dejamos cocinar durante 2 horas.
Apagamos el horno, abrimos nuestra cazuela y… TACHÁN….
El ideal es dejarlo reposar, incluso mejor al día siguiente. La guarnición perfecta, patatas al vapor aliñadas con una pizca de pimentón y un hilo de aceite de oliva.
No tengo palabras