Estas magdalenas se llaman celestiales porque su interior es blanco blanquísimo debido a las claras a punto de nieve y la harina blanca y el azúcar blanca, también porque son super esponjosas y tiernas. Peeeeero, ¿no serán más bien las magdalenas del pecado? je je je
Con un café natural expreso espumoso, fuerrrrrrrrte y aromático son un auto-regalo-bomba. Un subidón de placer gustativo, energía y adrenalina que hay que aprovechar para arrancar el lunes. Para consumir más de una consultar al consejero espiritual cada cual o hacer una hora de ejercicio intenso. ¡Divinas en todo caso!
Ingredientes 18 magdalenas medianas:
6 claras de huevo (pueden ser pasterizadas)
220 gr de harina con levadura especial bizcochos (o harina de repostería y medio sobre de levadura química)
150 gr de mantequilla derretida
150 gr de azúcar blanquilla
50 gr de pepitas de chocolate
Preparación:
Con unas barillas (o con TMX o con robot o como sea) batimos las claras con el azúcar durante unos minutos hasta que están muy blancas y espumosas. Tiene que quedar una mezcla con mucho aire, consistente pero no como para hacer merengue, digamos que son a punto de aguanieve. Antes de que la mezcla se endurezca añadimos la mantequilla derretida y seguimos batiendo, cuando se ha incorporado añadimos la harina tamizada con la levadura y mezclamos con movimientos delicados y envolventes para que la crema no pierda aire.
Colocamos las cápsulas de papel para magdalenas en moldes o flaneras y llenamos hasta 3/4 partes, este tipo de masa de magdalenas se reparte muy bien con una cuchara para helados de las clásicas. Distribuimos por encima las pepitas de chocolate. Como es una masa firme no se hunden, quedan todas en la superficie como topitos, la próxima vez las voy a empujar con un palillo para encontrarlas en el interior.
Calentamos el horno a 180ºC, calor arriba y abajo y cocemos durante 25 minutos en la parte baja del mismo, vigilemos el punto porque cada horno es un mundo. Yo las he tenido 30 porque me gustan morenitas.
Deliciosas y bonitas como ellas solas. Ale, ¡a hacer deporte y quemar calorías!