Si tienes un sifón de espumas este es tu postre de gala, sólo mezclar y refrigerar y en el momento de servir rellenar las copas. Y es muy difícil no acertar, le gusta a casi todo el mundo.
Es además un final ligero y digestivo para tus comidas o cenas, para servirlo son ideales las copas altas de cava porque dan relevancia a las capas, no es necesario comértelo frente a las hojas de otoño, eso ha sido un desliz.
Postre y ligero, parece un contrasentido y no lo es.
Lo de «el mango bien madurito» es muy de Paulina Rubio, pero yo creo que ella no, ¿no? Aunque bueno, ya que hemos empezado a hablar de cosas rubias…
Ingredientes 6 – 8 copas
- 2 mangos hermosos en su punto de maduración
- 375 g de yogurt natural
- 125 g de nata líquida 35% M.G.
- 75 g de azúcar
Preparación:
Pelamos los mangos, trituramos la pulpa y reservamos en la nevera, mejor en una manga pastelera que nos permitirá distribuirlo en copas sin manchar. Queda una consistencia sumamente cremosa, increíble que sea sólo fruta.
Mezclamos el yogurt, la nata y el azúcar hasta que se incorporan bien los ingredientes. Pasamos a un sifón de 1/2 l, cerramos, ponemos 2 cargas de nitrógeno, ponemos el embellecedor y sacudimos vigorosamente.
Dejamos en la nevera 2 o 3 horas o más.
A la hora de servir distribuimos el puré de mango entre las copas, sacamos el sifón de la nevera, sacudimos con fuerza y con movimientos exagerados, lo ponemos boca abajo con la boquilla que nos guste más, presionamos la palanca y… voilá… sale la espuma de yogurt. Si está muy líquido sacudimos más.
Distribuimos entre las copas y a la mesa.
Podríamos añadir algún fruto seco picadito por arriba pero sería menos ligero.
Espectacular ¿verdad?. Tus invitados pensarán que has estado dos días preparándolo.