Caprichos para una merienda en casita, los mini donuts son una monada, un bocado de ángeles, esponjosos, delicados, con ese aroma a limón, buenísimos. Además justifican aquella compra de la máquina de LIDL para hacer berlinas, me consiento comprar esos aparatos pero a cambio de usarlos y usarlos. En este caso no es un esfuerzo, al revés, y si hay niños alrededor es un plan para jugar y preparar la merienda que despierta el placer de preparar la propia comida.
Como ya es habitual llevan harina de espelta ecológica integral, azúcar moreno y aceite de oliva en vez de harina y azúcar blanca y mantequilla.
Ingredientes 30 mini donuts:
65 grs de azúcar moreno
50 grs de aceite de oliva suave
1 huevo
90 ml de leche semi
150 grs de harina de espelta integral ecológica
1 trozo de piel de limón (sólo amarillo)
100 grs de queso fresco (tipo Burgos)
1 pizca de sal
1 cc de levadura de repostería
Preparación:
En TMX:
Ponemos el azúcar con la piel de limón y damos un par de golpes de turbo para rallar la piel de limón e integrarla con el azúcar. Añadir el huevo y programar 3 min, 37º vel 5, pasado el tiempo añadir la leche y el aceite, mezclar 10 sg en vel 4, añadir la sal, la levadura y la harina y mezclar 8 sg en vel 8. Queda así una pasta lisa.
Sin TMX:
Rallar la piel de limón con un rallador fino, incorporar a un cuenco con el azúcar y el huevo y batir con varillas, incorporar la leche, batir, incorporar el aceite, batir, incorporar la sal y la levadura, mezclar y por fin añadir la harina y envolver con cariño hasta que queda una pasta lisa.
Metemos nuestra masa en una manga pastelera y la dejamos en la nevera mínimo 1 hora.
Pasado el tiempo conectamos la máquina de los donuts, cuando está caliente (se enciende la luz verde), pintamos los huecos con aceite y la ayuda de una brocha de silicona y con la manga pastelera llenamos las cavidades. Cerramos y contamos 4 minutos, es el tiempo ideal, aunque parece que están muy blandos al enfriar quedan perfectos.
Hay que llenar las cavidades hasta el borde para que queden unos mini donuts gorditos, la primera tanda me ha salido fatal porque he puesto demasiado poco pero las siguientes han sido perfectas.
Se van poniendo sobre una rejilla para que se enfríen sin humedecerse.
Una vez fríos, no tardan nada, los espolvoreamos con azúcar glas para que queden nevados y a disfrutar ese tacto, ese sabor, esa sensación… mmm
Si sobran se pueden guardar en una bolsa de papel pero no aguantan más de tres días.