Jueves por la mañana. Me he levantado tarde, tenemos comensal especial convidado a la comida y lo único seguro es medio kilo de pechugas de pollo (qué sorpresa, ¿verdad? Estamos viendo cuántas veces podemos hacer pollo con arroz sin aburrirnos. Es una apuesta. En realidad no). Toca revisión de nevera a ver qué podemos hacer que quede bonico, que a base de hacer platos exóticos se está quedando cada vez más monocroma y se me están secando los sesos. Vamos a ver… La eterna media cebolla, bien… ¡Uy! ¡Una fuente de setas! Y caduca… ¡Hoy!
¡Ding dong! ¿Pero esto qué es? ¿Visita sorpresa? ¡Coño! ¡Cuánto tiempo sin verte cielo! ¿Cómo tú por aquí? ¿Has venido a despertar al pelirrojo? Aaaaanda… Bueno venga, dale un susto de buenos días y vente. Espero que no te moleste el olor a magia mientras cocino.
Ingredientes (para 4 normales, o yo y 2 más):
-Medio kg de pechugas de pollo
-Media cebolla
-300 g de setas
-Un chorrito de leche
-Aceite
-Sal
-Especias orientales
-Curry en polvo
-Un puñado de anacardos
Preparación:
Paaaaaartimos la cebolla en gajitos y la ponemos a pochar en el wok con calma y buen hacer mientras la conversación pasa por los triviales “qué tal”, “cómo ha ido”, “me has comprado algo”, etc. Cuando veamos que se pone tiernecita, partimos las setas, las echamos al fuego junto con la sal y las especias y aprovechamos el impass para ir contando las novedades de la semana, pero sin columpiarnos, porque en cuanto las verduritas estén listas tenemos que coger el puñado de anacardos, machacarlo levemente y darle un par de vueltas al ruedo antes de echar el chorrín de leche y dejar la mezcla reduciendo a fuego medio.
Aprovechamos los evocadores aromas para enmarcar los relatos de vida y luz de más allá del estrecho y nos dejamos sumergir en las olas de otras culturas, probando de vez en cuando la salsa hasta que el punto de curry, sal y espesura casa con lo que esperamos de las dunas. Reservamos la salsa aparte y pasamos al pollo. Aceite, fuego fuerte y taquitos a dorar.
De repente la conversación entró en la parte incómoda, de miradas bajas, secretos a voces y frases que se repiten a medias entre la no comprensión y la confusión del crepitar de la carne muerta. Avivados por los vaivenes de la cuchara de palo, los restos de ave parecían clamar venganza entre verdades, amarguras y certezas que dejaban un regusto agridulce de victoria a medias; de que las cosas en la vida no siempre son como nos gustarían.
Cuando la carne esté dorada y casi hecha, mezclamos con la salsa y pasamos a fuego medio por el wok.
Después de la tempestad vino la calma, y las malas caras dieron paso a las sonrisas de después de darse cuenta de que, a la corta y a la larga, la vida es una belleza, y que perder el tiempo en ahogarse en un vaso de agua nunca servirá para nada más que tirar la alegría y pudrirse el alma. De fundirnos en aquel abrazo por poco se echa a perder el invento, pero creo que se inspiró en nuestra aura de colores y así salieron de fundidos los sabores.
El pollo estaba de coña, y el invitado de honor pagó los diezmos con creces a fuerza de geografía embotellada.
Soria, connecting people.