Este es, sin ningún lugar a dudas, el mejor pollo asado que hemos probado, el mejor que puedas imaginar, la carne es tierna y jugosa, sin perder la forma ni la estructura y sin perder tampoco sus jugos. El secreto es, además de un pollo campero y si es posible alimentado con grano, asar a baja temperatura, slow-roasting, la técnica de moda que ya conocían nuestros antepasados.
Sólo necesitas tu horno, una fuente donde poner el pollo y un poco de organización. Este pollo se asa a 80ºC durante 5 o 6 horas. Esto es, asamos a la temperatura objetivo, a la que se considera que el pollo en su interior está bien asado. De esta forma aunque tuviésemos el pollo en el horno 12 horas no se pasaría, nuestro asado estará perfecto, jugoso y con una textura fantástica.
Al final se sube la temperatura para tostar la superficie y obtener el pollo más apetitoso que puedas imaginar. Creed que merece la pena probar, se convertirá en vuestro pollo asado favorito.
Y para echar el rato mientras esperamos, ¿qué tal un poco de música? Algo que podrías escuchar durante 5 o 6 horas seguidas estaría bien, pero es que soy un culo inquieto; un drifter.
Ingredientes 6 personas:
- 1 pollo campero de 1,8 kg de peso
- Tomillo, romero y orégano al gusto
- Sal y pimienta recién molida.
- 2 cucharadas soperas de aceite de oliva
- 2 dientes de ajo
- 1 cebolla mediana
- 900 gr de patatas
Preparación:
Mínimo una hora antes de empezar a asar o la noche anterior salpimentamos bien el pollo por fuera y por dentro. Lo guardamos en el frigorífico destapado y una hora antes de asarlo lo dejamos a temperatura ambiente para que se atempere.
En el mortero majamos el ajo con las hierbas y sal hasta que obtengamos una pasta.
Pelamos las patatas y la cebolla, lavamos y partimos las patatas en rodajas de 1 cm y la cebolla en láminas finas.
Como vamos a hormear a 80ºC las patatas y cebollas debemos cocinarlas antes. Podemos freírlas en una sartén hasta que estén tiernas o, como es mi caso, hacerlas en el microondas en un cuenco de cristal con tapa o con el estuche de vapor de Lekué durante 15 minutos.
Si hemos hecho las patatas y la cebolla al vapor añadimos una cucharada de aceite de oliva virgen extra y 1/3 de la pasta de hierbas con ajo. Si las hemos frito sólo añadimos el majado de hierbas.
La pasta de hierbas restante la mezclamos con una cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra, delicadamente para no dañar la piel del pollo, la distribuimos por todo el exterior del animal.
Disponemos en el fondo de una fuente de horno las patatas. Ponemos encima el pollo con las pechugas hacia abajo y horneamos a 230ºC durante 15 minutos. Damos la vuelta al pollo y bajamos la temperatura a 80ºC. Horneamos durante 5 o 6 horas, si nos pasamos no es problema porque no hay peligro de sobrecocinar a estas temperaturas. Veremos cómo debajo de la piel los jugos bullen pero sin derramarse gracias a que lo asamos lentamente.
Para finalizar subimos la temperatura del horno a 250ºC en posición aire y gratinador y dejamos hasta que la piel se ha tostado y el pollo presenta un bonito aspecto dorado, aproximadamente 10 minutos.
No hace falta reposo con esta técnica de asado, a la mesa donde vamos a disfrutar del mejor pollo asado del mundo.
Fuente: Cooking Slow de Andrew Schloss. ISBN 978-1-4521-0469-0
[…] vimos una receta de pollo asado a baja temperatura (en ese caso era slow-roasting) que nos hizo perder la cabeza […]