«Me acuerdo de que, cuando era chiquitita e iba a casa de mi abuela, siempre me hacía pollo en pepitoria porque me encantaba.»
No hay mejor manera de conquistar a una mujer (ni a un hombre) que por su estómago. Por eso, en cuanto escuché aquellas dulces palabras salir de su linda boca, me puse manos a la obra. ¿Que hay que hacer pepitoria? ¡Pues se hace pepitoria! ¿Que hay que pelar las almendras? ¡Pues paso de ti, y que sea lo que Dios quiera!
Pues como era verano y Dios andaba juguetón, decidió ponerme los muslos (del pollo) y las pechugas (del pollo, otra vez) tostaditas como los muslos (los míos) y las pechugas (las mías. Lo siento para los que se habían hecho ilusiones con un cameo topless).
Y así fue como, por pura vagancia, nació esta variante, más morena, de la pepitoria tradicional: la pepitoria tostada; la negra, vamos.
Ingredientes (para 4 personas):
- 1 pollo despiezado
- 50 g de almendras SIN pelar
- 2 huevos
- 2 cucharadas de harina
- 2 dientes de ajo
- 2 cebollas
- Aceite
- Sal
- Pimienta
- 1 hoja de laurel
- 1/2 litro de caldo de pollo
- 1 vaso de jerez
- 1 cucharadita de bicarbonato
Preparación:
Ponemos la olla al fuego (si es de hierro mejor que mejor) y calentamos aceite a todo trapo hasta que humee. Una vez ahí, cogemos el pollo hecho trizas, lo salpimentamos, lo enharinamos y lo pasamos por la olla para marcarlo. Una vez que coja un tono deseable, reservamos.
Partimos las cebollas en juliana (con cuidado de no rebanarnos los dedos) y la pochamos en la misma olla (sin el pollo). Además, añadimos una cucharadita de bicarbonato para acelerar el proceso y darle un poco más de espesura a la salsa.

Cuando la cebolla está lista, añadimos almendras y ajito y removemos rápidamente. Inmediatamente después, añadimos el jerez, dejamos que reduzca y cuando ya deja de oler a alcoholazo, añadimos el pollo, el laurel y el caldo de pollo. Tapamos y dejamos cocinar 30′ a fuego medio.
Cuando termina el tiempo, picamos el huevo, lo añadimos a la salsa, removemos y dejamos reposar tapado otros 10′.
El resultado es sorprendente; muy muy bueno. El punto tostado parece que no, pero le da un sabor muy especial a la salsa. Con arroz está especialmente rico. Os animo a probarlo por vosotros mismos y que nos contéis qué os parece en el Twitter de @EstamosEnCasita.