Este es un postre muy rico, fácil y resultón que te ayudará a dar salida a esas manzanas que se quedan a vivir en el frutero y se van arrugando mientras nadie se acuerda de que son comestibles. No te fíes de su aspecto, es cremoso, delicado y elegante. En pequeños trozos queda fantástico en cualquier mesa.
Eso sí, prepáralo el día anterior ya que gana en textura y en sabor.
Ahora son manzanas felices. Esto es lo más cercano a resucitar que podemos hacer en casita 🙂
Ingredientes:
- 3 manzanas
- 200 g de harina con levadura tipo Bizcochona
- 60 g de mantequilla
- 150 g de azúcar moreno
- 250 gr de leche entera
- 2 huevos
- 30 ml de cognac
- Zumo de medio limón
- 1/2 cucharadita de canela
- 2 cucharadas de mermelada de albaricoque u otra que te guste para cubrir
Preparación:
Pelamos las manzanas, quitamos el corazón y las rallamos, añadimos el zumo de limón y el cognac. Batimos los huevos con el azúcar con ayuda de unas varillas, añadimos la leche y la canela. Derretimos la mantequilla en un cazo a fuego suave o en el microondas unos segundos.
Añadimos a la mezcla sin dejar de batir, luego las manzanas y por fin la harina tamizada. Lo pasamos a un molde cuadrado de 20 cm de lado, engrasado con mantequilla o aceite. Nivelamos y llevamos al horno a 160ºC posición aire o a 180ºC calor arriba y abajo.
Pinchamos con un palillo para verificar que sale seco y ponemos sobre una rejilla para que se enfríe. Aun caliente ponemos las dos cucharadas de mermelada sobre el postre y con una brocha extendemos la mermelada por toda la superficie.
Una vez frío desmoldamos, cortamos y servimos. Pruébalo y verás que cada pedacito te gusta más que el anterior.