Una vez que ya sabemos cómo hacer ravioli no hay más remedio que practicar. Esta receta es muy fácil y para mí, de las mejores.
La suavidad de la pasta fresca, el relleno de queso, aroma a salvia y trufa. Es difícil de superar, bueno, si encontramos burrata para el relleno lo superamos.
¡Qué poca credibilidad tengo!
Ingredientes 4-6 personas: (gr=gramos, cc=cucharada de café)
200 gr de sémola fina de trigo
100 grs de agua
1 cc de aceite de oliva virgen extra
1 pizca de sal
200 gr de mozzarella de búfala fresca
Hojas de salvia fresca
60 gr de mantequilla de calidad
Aceite al aroma de trufa
Pimienta blanca recién molida
Preparación:
Preparamos la masa de los ravioli, dejamos reposar. Ver proceso detallado aquí
¡Qué placer, qué felicidad me produce no tener que escribir toooodos los detalles otra vez!
Escurrimos el queso del suero en el que se encuentra sumergido, lo ponemos en un cuenco y lo aplastamos con un tenedor. Lo ponemos en un colador para que escurra. Y ya tenemos el relleno, más fácil imposible.
Formamos los ravioli rellenando con porciones de mozzarella y una vez secos los cocemos cinco minutos. Ver proceso detallado aquí
Insisto, ¡qué relax no tener que escribir todo!
Con estas cantidades me han salido 64 ravioli, para mi una ración con 10 ravioli es correcta, por tanto 6 personas comen bien a gusto. Si va a ser plato único o son comensales tipo Cobritas pueden devorar hasta 25 piezas sin pestañear, eso sí, los ruiditos de placer tipo mmm son estándar.
Mientras tanto en un cazo pequeño ponemos las hojas de salvia troceadas con la mantequilla, tapadas y a fuego lento para que la salvia deje todo el aroma en la mantequilla y ésta se derrita y se tueste sin quemarse.
Sacamos los ravioli a una fuente honda con una espumadera, añadimos un cucharón de agua de cocción (o más si nos gusta tipo sopa), añadimos la mantequilla con salvia y pimienta blanca recién molida. Removemos con cariño y por encima añadimos un hilo de aceite aromatizado con trufa.
Y listo, los comensales deben estar esperando a los ravioli y no al revés.
Es posible y hasta recomendable probar a espolvorear con queso parmesano para completar el sabor, personalmente no lo necesito pero admito que es delicioso también.
El caldo debe degustarse con cuchara, un final perfecto para este plato.