Hace poco presentábamos los ravioli de setas con salsa de nueces, y decía que eran mis favoritos, pues bien. ¡MENTÍ!
Hemos probado estos ravioli rellenos de calabaza y ricotta y hay que reconocer que rayan lo sublime, delicados, sugerentes, adictivos. Da igual que no te guste la calabaza, saben a otra cosa, pertenecen a otra dimensión.
Queremos sacarle el máximo partido a nuestro tutorial de ¿Cómo hacer ravioli caseros? y estamos descubriendo otra experiencia culinaria con estos paquetitos tan cucos
Así no importa que te den calabazas… je je je
¿Y para escuchar? ¿Algún amor no correspondido quizá?
Para escuchar, el recuerdo a un grande que se ha ido. Él sí sabe en qué hay que fijarse 🙂
Para escuchar, el recuerdo a un grande que se ha ido. Él sí sabe en qué hay que fijarse 🙂
Ingredientes 6 personas: (gr=gramo, ml=mililitro, cc=cucharadita de café, cs=cucharada sopera)
Masa:
250 gr de sémola de trigo
125 gr de agua
1 cc de aceite de oliva virgen extra
1 pellizco de sal
Relleno:
250 gr de puré de calabaza
200 gr de Ricotta o Requesón
1 huevo
1 cs de salvia fresca picada
Sal, nuez moscada y pimienta
Salsa:
1 puñado de almendras peladas
200 ml de nata líquida para cocinar 18% M.G.
Sal y pimienta
1 chorrito de aceite de oliva virgen extra
Preparación:
Masa:
Operamos tal y como se indica en nuestro tutorial aquí
Relleno:
Para el puré de calabaza lo más fácil es partir la calabaza por la mitad, retirar las pipas y meter al microondas 20 minutos a máxima potencia, pinchamos y si no está blandita vamos cocinando cinco minutos más cada vez hasta que está cocida.
También podemos asarla en horno convencional durante unos 45 minutos a 180ºC o cocerla en trozos pero es duro partirla en crudo.
Una vez cocida por el procedimiento elegido sacamos la pulpa y la aplastamos con un tenedor para hacer un puré. Pesamos 250 gr y el resto lo utilizamos en otra preparación. Una idea puede ser una crema de calabaza, es deliciosa.
Con un tenedor mezclamos nuestro puré de calabaza una vez frío con la salvia, el queso Ricotta y el huevo ligeramente batido. Añadimos sal, nuez moscada y, muy importante, pimienta. Debe tener un puntito notorio de sabor a pimienta porque la combinación es mágica.
Queda un relleno blando, hay que dejarlo en la nevera un ratito para que tenga consistencia.
Montaje de los ravioli:
Operamos una vez más según nuestro tutorial, es un placer ver cómo se lía la cocina.
Quedan preciosos
Salsa:
En un mortero aplastamos las almendras para que queden groseramente picadas, no queremos harina de almendra sino trocitos.
En una sartén con un chorrito de aceite tostamos las almendras, en cuanto tomen color café con leche añadimos la nata, sal y pimienta y reservamos a fuego mínimo mientras cocemos los ravioli.
En 3 litros de agua hirviendo con 3 cc de sal echamos los ravioli y los cocemos entre 3 y 5 minutos. Hay que ir probando para que queden en su punto.
Los sacamos con una espumadera a una fuente, añadimos un cucharón del agua de cocción a la salsa de nata, removemos y vertemos sobre los ravioli.
A la mesa corriendo, podemos servir con queso parmesano rallado pero tal cual son pura ambrosía amiguitos.
Fuente: Adaptación de El Arte de Amasar, expertos en pastas
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