Una receta que se prepara volando y que está realmente rica, con un buen pan de acompañamiento te chuparás los dedos. El contraste de la morcilla con el sabor dulce de las pasas, el tacto de los piñones y la suavidad del huevo es espectacular, en este caso añadí además unas acelgas que rondaban por la nevera.
Hablando de contrastes:
Ingredientes para 4 personas:
- 6 huevos
- 1/2 morcilla de Burgos
- 1 cucharada de piñones crudos
- 1 cucharada de pasas
- 150 g de acelgas hervidas
- Aceite de oliva virgen
- Pimienta negra al gusto
Preparación:
En una sartén de hierro ponemos un poco de aceite y lo calentamos lentamente, añadimos los piñones y los tostamos un poco a fuego suave para que no se quemen. Los retiramos y reservamos, añadimos las pasas y las salteamos un minuto, las reservamos junto a los piñones.
Escurrimos bien las acelgas, las troceamos muy pequeñas y las salteamos hasta que no les queda nada de agua, reservamos.
Ahora añadimos un poco más de aceite y la morcilla pelada, aplastamos bien con un tenedor de madera de canto para deshacerla y salteamos moviendo sin parar hasta que se tueste un poco por todas partes. Añadimos a la sartén las acelgas, las pasas y los piñones y calentamos todo junto.
Añadimos los huevos cascados sin batir a la sartén, subimos el fuego y removemos mientras cuajamos el revuelto hasta que esté a nuestro gusto. Personalmente me gusta jugoso, es mejor apagar el fuego un poco antes del punto buscado porque el revuelto continua cuajando con el calor residual.
Servimos con pan tostado, me parece una cena perfecta acompañado de una ensalada verde.