Nada tan veraniego como estos arroces, de pequeña los odiaba, no entendía a quién podía gustar esa mezcla de sabores y como últimamente estoy dando una oportunidad a cosas que nunca me gustaron y sorprendiéndome con lo que pasa me decidí a probar y oye… que está rico… muy rico.
Esta versión es de aprovechamiento, tenía contramuslos de pollo, alcachofas y gambones y me lancé al estrellato. La clave para cualquier arroz es el punto, que no se pase es fundamental para mí ya que marca la diferencia entre un plato que se disfruta a uno que no se puede comer. Para ello sólo hay que elegir un arroz de calidad, mejor D.O españolas, y respetar las proporciones entre arroz y líquido y el tiempo de reposo para homogeneizar el punto.
¿A que tiene una pinta fantástica? Pues el sabor no le hace sombra te lo garantizo.
Mar y huerta, agua y horizonte 🙂