En India comíamos yellow dhal (lentejas amarillas) cada día, son sencillas, explosivas y deliciosas, saben a música. Además son una fuente de proteínas maravillosa y fácil de digerir. Al volver a casa las hacemos adaptándonos a los productos de aquí, lentejas pardinas en vez de lentejas amarillas y aceite de oliva, lo que sigue siendo de allí son las especias.
Entre dichas especias tiene un papel clave la cúrcuma. Se habla mucho de suas propiedades como super-alimento, lo que me llama la atención es que para facilitar la absorción de la curcumina y por tanto beneficiarnos de sus virtudes debe combinarse con pimienta o guindilla, como de hecho sucede en las mezclas de curry.
Están realmente conseguidas, con arroz basmati y una ensalada son una comida completa y apta para vegetarianos. Además apetecen cuando aprieta el calor, a deferencia de otras preparaciones.
Y de acompañamiento, un temilla del fan número uno de las lentejas 🙂