Langostinos a la plancha, o gambones o gambas, ¿a quién no le apetece chuparse los dedos un ratito con una cerveza para acompañar?
El marisco cocido está muy rico pero personalmente tengo debilidad por el marisco a la plancha, el sabor me parece insuperable y prepararlo es muy fácil si sabes cómo. Hoy te contamos los secretos para conseguir unos langostinos a la plancha en su punto, jugosos y con el sabor perfecto.
No hace falta que te diga que la calidad del marisco es lo más importante, prefiero comer buenos langostinos una vez que unos lamentables cinco veces. Y como tengo buen conformar soy muy feliz comiendo patatas chips con mi cervecita de aperitivo, lo mejor son las risas y la compañía.
Tener una buena plancha es fundamental no sólo para hacer marisco sino para todo tipo de preparaciones con poca grasa y alta temperatura. Son muy habituales las planchas eléctricas, tienen gran superficie y se pueden utilizar en la terraza o el jardín. Ultimamente triunfan las de aluminio fundido, tienen la ventaja de que son ligeras y transmiten muy bien el calor así que son muy prácticas. Y naturalmente las de hierro fundido son una opción para toda la vida, aunque son pesadas y requieren limpieza manual.
El marisco puede ser fresco o congelado, habla con tu pescadero y mira tu presupesto antes de decidir. El marisco congelado da buen resultado si lo descongelas despacio, el ideal es sacarlo 24 horas antes del congelador y dejarlo dentro del frigorífico dentro de una bolsa o de un contenedor con tapa hasta la hora de prepararlo.
Otro punto fundamental es que el marisco a la plancha no espera, se debe tomar recién hecho ya que ni frío ni recalentado estará tan rico. Si quieres prepararlo con antelación es mejor que te decidas a preparar marisco cocido. Está riquísimo también y te permitirá organizarte mejor.
Y ya que hay langostinos, ponemos canciones para hacer el gamba.