Las Navidades nos han traído unos cuantos desayunos inolvidables y una gofrera nueva espectacular. Muy potente y con unas placas de fundición (y no del chichinabo ese que tenía la otra) que se calientan uniformemente; además, tiene un pivotito sobre el que se le puede dar la vuelta para que la masa se distribuya uniformemente por cada recoveco. Que fantástica, oye.
¡Un día de esos os la vamos a enseñar!
Mientras tanto, y para empezar este año 2015, aquí tenéis nuestros mejores deseos en forma de gofre de Lieja. Tradicionales y crujientes gracias al azúcar perlado, y un clásico para completar nuestra colección de gofres.
Os podéis preparar para ver muchas recetas de gofres por aquí, queridos.
Aunque todos los gofres tienen aspecto parecido debido al enrejado de la gofrera, que siempre es el mismo, la masa cambia mucho entre unos y otros. Hasta ahora, todos nuestros gofres tenían una masa semi-líquida que se vertía sobre la placa con un cucharón. Esta masa, sin embargo, es sólida, y para cada gofre ponemos una bola de masa en la gofrera y la espachurramos con ganas. Mucho más desestresante, dónde va a parar…
Un desayuno de fiesta acompañado de música para el nuevo año.
Esto va dedicado a todos los que nacisteis en el 90. Este año os tocará vivir la crisis de los 25 😉