El pulled pork, o el pulled whatever es un asado de carne de cerdo o de lo que sea que se asa largo tiempo a temperatura media baja en una cazuela de hierro o de barro para que no pierda humedad. La carne queda extraordinariamente jugosa y tierna, hasta el punto que se deshace en hebras con ayuda de dos tenedores. Se mezcla con los jugos del asado y se puede guardar tal cual varios días en la nevera bien tapada. Es ideal para ocasiones con muchos comensales, sentados alrededor de una mesa o en plan informal, a esto se suma que admite muchas variaciones tanto en las especias que usamos para asar como en las opciones de presentación.
El pulled pork además es la receta de moda, y aunque normalmente vamos en contra de la moda (no por cuestión de principios sino de personalidad) este tipo de asados hace años que nos encanta. Con estos calores es muy adecuado preparar una pieza de carne y comer varias veces en distintas versiones.
Te damos 3 opciones, tradicional en un plato con guarnición de arroz blanco y acompañada de pan. En ‘bocata’ con pan de hamburguesa, mostaza y queso fundido o cubierta de puré de patata y gratinada. Pero te puedes imaginar las que quieras, con tortillas mejicanas por ejemplo quedarán genial.
Dejarás de sentir la cara de todo lo que vas a masticar.