Esta receta es totalmente alucinante, sabe a morcilla, tiene tacto de morcilla e incluso tiene aspecto de morcilla, de cebolla eso sí. Lo curioso es que está hecha con berenjena y por tanto es menos pesada, OMS friendly y respetuosa con el mundo animal. El sabor recuerda al de la morcilla porque las especias utilizadas son las mismas y así todos contentos.
Ya teníamos la sobrasada vegetal y con esta morcilla vegetal puedes completar una mesa de aperitivos aptos para todos los perfiles y gustos. Va genial como entrante con tostaditas o en tartaletas o en bocata, se puede hacer con antelación y en un frasco bien cerrado se conserva hasta una semana en la nevera.
Al principio pensarás que te están engañando y eso, pero al poco rato estarás gozando del síndrome de estocolmo 🙂