Esta torta es de mis favoritas, a medio camino entre un bizcocho y una tarta es un delicia para desayunar, merendar o acompañar un café a cualquier hora. Templada con una bola de helado funciona como postre sin ningún complejo.
La corteza de almendras con la dulzura de la miel y el azúcar y debajo un bizcocho húmedo. Cada bocado es de los que cierras los ojos y saboreas mientras exprimes el jugo y piensas en el siguiente. Si encima te cuento que es requetefácil no tienes escapatoria.
Dejemos de lado los asuntos delicados y… ¡a comer!
Ingredientes 12 raciones:
Masa:
- 180g de harina con levadura (tipo Bizcochona)
- 120 g de queso quark
- 4 cucharadas de nata líquida 18% de materia grasa
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 50 g de azúcar
Cobertura:
- 100 g de nata líquida 18% de materia grasa
- 30 g de azúcar
- 2 cucharadas de miel
- 150 g de almendra laminada
Preparación:
En un cuenco ponemos los ingredientes secos de la masa, mezclamos con un batidor y añadimos el resto, mezclamos lo justo para obtener una masa lisa.
Engrasamos un molde desmontable de 26 cm de diámetro, vertemos la masa, nivelamos y reservamos.
Preparamos la cobertura, mezclamos la nata, el azúcar y la miel, finalizamos con las almendras.
Extendemos la cobertura sobre la masa y llevamos a media altura al horno precalentado a 200ºC entre 20 y 25 minutos, transcurrido el tiempo pinchamos con un palillo para comprobar que la masa está cocida.
Dejamos enfriar dentro del molde sobre una rejilla. Pasamos con cuidado a una bandeja cuando está templado.
Templado es delicioso, a temperatura ambiente también.